Es el Coach una herramienta efectiva para que los Padres logren regular sus emociones y  aprendan a relacionarse con sus hijos desde una forma más positiva, flexible y adaptativa  que permita  un adecuado desarrollo emocional en el hijo?

Hasta hace unos años se pensaba que el conocimiento era una actividad pasiva donde el ser humano tenía que aprender una realidad que estaba fuera de él, que era objetiva para todos.  Sin embargo, con los avances de la ciencia y específicamente de la biología hemos podido observar, que la vida en sí, es un proceso de conocimiento cuya finalidad última es la adaptación y la supervivencia.  Desde esta perspectiva podemos observar que el ser humano tiene una mente activa que procesa la experiencia, organizando y transformando las vivencias que transcurren en cada momento en un orden coherente.  Esta primera aproximación esta dado por un conocimiento emocional, primitivo que  esta mediado por la intuición y que después es reordenada a través de la autoconciencia.  Si no tuviéramos este conocimiento emocional no podríamos tener un conocimiento racional. (Agusto Zagmutt, en su libro “Vínculos Afectivos, Mentes Conectadas”)

Las emociones nos entregan información de los que nos pasa, nos permiten darnos cuenta de lo que estamos sintiendo y que es lo que queremos mejorar o cambiar.

Es así, como se nos hace relevante desarrollar una adecuada inteligencia emocional, que nos permita tener un mejor conocimiento y comprensión de nuestras emociones,  para así poder regularlas. Desarrollar una mayor capacidad de espera,   posponer las gratificaciones, y tolerar la frustración, permite que en el futuro el niño logre una mejor adaptación al mundo que lo rodea.

Los Padres que logran integrar las emociones negativas de sus hijos en la crianza, son padres que logran desarrollar  una mayor comprensión de lo que están sintiendo.  En esa conexión, el padre esta incondicionalmente y empáticamente con su hijo, tiene la oportunidad de conocerlo facilitando el conocimiento de sí mismo.

El lenguaje aquí,  cobra gran importancia,  permite definir y diferenciar qué es lo que está sintiendo.  Darle un nombre, es definir, y entender que somos seres en relación con otros, somos seres sociales, y estamos profundamente conectados.

Este proceso involucra una serie de etapas que se van dando a medida que el padre es consistente, no sólo en la conexión con su hijo, sino también, en la forma de vincularse.“Mantener la calma es tener la capacidad de comprender la emoción aunque no se comprenda la conducta”.  Ser consistentes, es tener una visión a largo plazo, que nos permita  priorizar lo importante y desarrollar las estrategias para visualizar cuáles son las  distintas oportunidades para lograr lo que queremos.   Es fundamental que los  padres tengan una actitud positiva para centrase en  los avances y en los recursos.

Estar conscientes de este trabajo, le permitirá a los padres desarrollar  un mejor vínculo afectivo con sus hijos, vinculo que tiene un significado tremendamente importante ya que desde esa experiencia  el niño puede extraer las regularidades, formar un si mismo coherente en el tiempo  y tener una mejor noción del mundo que lo rodea. Esto le entregará una mayor estabilidad tanto de la apreciación de la realidad interna como externa para poder enfrentar el mundo que lo rodea de manera mucho más flexible.

 

Bibliografía

“Vínculos afectivos, Mentes Conectadas” Agusto Zagmutt.

Clase expositiva Coach Parental, Ps. Camila Bascou

Psicóloga Paulina Lucherini